Y seguimos.... con el deporte

En vista del éxito y de que empezaba a ponerme azul pitufo cada vez que me embutia en unos pantalones del año pasado, me he apuntado a un cursillo de natación. A ver si teniendo el corpore sano arreglo un poquico la mente. Aclaración: no sé por qué ironias del destino estoy incapacitada para nadar a crol. En serio que tengo que pensarmelo que movimiento tengo que hacer y claro, mientras pienso pues corro el riesgo de ahogarme. Y una cosa es hacer el muerto a conciencia y otra involuntariamente. Veamos: cojo aire, muevo el brazo derecho, meto cabeza, suelto el aire y muevo el brazo izquierdo.... arghhhhhhh... si ya desistí del aerobic porque soy incapaz de coordinar brazos y piernas. Y menos mal que no me dió por bailar sevillanas, porque ya hubiese sido el trauma de mi vida adulta. Pero es que estoy tomando conciencia de otro problema: mi perenne estado de nervios. Me ha dicho la monitora que, o voy con calma o me agotaré en tres piscinas. Con mi paquete diario de tabaco ya le he dicho yo que me agotaré en media... Pero que me va a explicar si entré un dia a una clase de tai chi y al final de la clase me dijo la profe que mirase de practicar karate o cualquier otra disciplina de contacto¡¡¡ Que iba como si al botón del video le hubiesen dado el forward... que ni yoga ni tai chi...que yo sola alteraba ... pues no recuerdo el palabro.... Vamos que igual liándome a ostias con la gente, rapada y con botas me relajo. Pues va a ser que no. De mientras, me relajaré en la piscina y si no recuerdo los movimientos o no me muevo para flotar...pues haremos el muerto. Banda sonora de esta nota: Voy a mil de Olé Olé