24.1.08

TE REGALO UNA CANCIÓN

Fue hace muchos muchos años. Lo conocí de una manera un tanto peculiar. Eramos corresponsales. Si, nos escribíamos cartas. En la temporada que intercambiaba puntos de libro via postal, me llegó una carta de tres páginas sólo para enviarme un punto de La casa de la Trova de Cuba. Correspondí con la misma confianza e iniciamos una relación epistolar irregular, pero intensa en cada una de sus entregas.


Nos dimos dos besos en directo casi tres años después. La sensación de complicidad mútua, complicidad abonada por nuestras cartas, fue inmediata. Una cena en un italiano, una botella de Lambrusco rosado a medias, un pub estilo años ochenta con sillones todavía hicieron la velada para no olvidar.


También fue una temporada de salidas intensas y hasta la mañana. Recitales, cenas peculiares, mercadillos de música. Ver amanecer en las rondas, colarse en el parque de la Ciudadela, compartir un trozo de cesped mientras mirábamos el cielo, merendar sandwiches enrollados en El Born. Vinieron mis problemas y a una llamada siempre estaba dispuesto para ofrecer el hombro, los kleenex y su abrazo para esconderme.


Una noche, después de un concierto en el Palau, me dió un paquetito un poco mal envuelto. Un regalo por que sí , dijo. Lo abrí y alli estaba un cd de Amaral. Ya han sacado el segundo, me dijo, pero escúchate esta maravilla de gente. Inmediatamente me puso el cedé en el coche. Tenía razón: era una música original con una voz dulce y salvaje a la vez. Escuchábamos en silencio y en una pausa me dijo..


_Silvieta, te regalo esta canción que viene. Recuerda siempre que es tuya y que yo te la regalé ¿Vale bitxu?


Sonreí un poco confusa y escuché la canción atentamente, muy atentamente. Cerré los ojos y la adopté como mía.


Vinieron malos tiempos para mí. Tiempos de los que necesité de ese amigo incombustible. Tomé una de las decisiones más difíciles de mi vida y pude relajarme al fin. Y fue ya cuando no lo necesitaba cuando desapareció, cómo si estuviese en las instrucciones de su vida darme un paréntesis, un poco de aire, un chaparrón en mi histérica vida. Lo echo de menos muchas veces, pese a que de alguna manera mantenemos el contacto via postal todavía. Cada año me llegan de los lugares a los que viaja y para navidad. En la de este año, que llegó ayer precisamente, miro su letra redondeada y perfectamente legible..


_ No nos vemos, pero nos tenemos siempre ¿verdad Silvia?_


Verdad. Tan verdad como que siempre estás conmigo. Para darme un paréntesis, para darme aire, para que saber que estás ahí sea siempre como empaparse bajo un chaparrón. Y yo también te regalo una canción de Amaral. Toda tuya Amigo.


Banda sonora de esta nota: Cabecita loca de Amaral


3 comentarios:

Maria dijo...

Me ha encantado este post, es curioso como somos hay gente que no tenemos cerca, pero que sabemos que siempre están hay.

Bonita canción

Jordicine dijo...

Ya que hablamos de canciones, hay una de 'La Unión', sobre los amigos, que dice algo así: 'Dónde estábais en los malos tiempos, ni cuando gritando hice sentir mi voz'. Qué quiero decir? Que si tienes un amigo guárdalo, Sílvia. Y éste parece que lo es. Me gusta Amaral. Ya estás mejor? Un saludo.

CDS dijo...

Los amigos son tesoros. Besos.