21.1.09

TRANQUILIDAD


Son días inciertos. Son días funestos como dicen los entendidos en cosas orientales. Abogados, papeles, gente reclamando lo suyo. No doy abasto. Estoy bloqueada para todo lo que me gusta y eso me parece grave. Ni leo con la suficiente concentración, ni callejeo con esa despreocupación de respirar, ver gente y no sacar las manos de los bolsillos. Por algún lado tendrán que salir esos nervios que, quien me conoce, sabe que nunca he acumulado. Echo de menos el nadar, pero tengo que poner al día mis cuentas en el polideportivo y eso ahora mismo no estoy en condiciones de hacerlo.




Solo me gustaría volver a ser otra vez yo misma. Me echo de menos desde octubre a esta parte. Es un poco tonto echarse de menos a una misma, lo sé. Pero quiero ser la que disfrutaba con cualquier cosa tonta, porque en ese disfrute esta la felicidad con minúsculas que, aunque sea con minúsculas, es la más importante. Y aislarme mientras leo, relajarme mientras hago largos decididamente lentos a propósito, aspirar el olor a pinaza paseando por Collserola, saborear café bueno en buena compañias mientras veo pasear a la gente del pueblo, impacientes algunos, otros pausados, bailar hasta que me deshidrate, cenar con mi gente, disfrutar de otra persona con tiempo y con la cabeza solo puesta en una cosa.




No hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista.
Banda sonora de esta nota: Nasio pa la alegria de Estopa...una de esas canciones de personajes en la contra de todo.





1 comentario:

Dashina dijo...

Yo me he comprado unas gafas de cristales rosa, si funcionan te paso unas!!!

Ánimo en el camino de disfrutar de lo pequeño y diario... es lo mejor.

Besos!!