( Como esta voy a ser yo pero cuando me jubile.Campeona senior de ciclismo)
Hoy me desayunado con la noticia de que el uso de la bici en la cuidad de Barcelona ha aumentado casi un 81%. Que hasta van a poner una oficina de información del servicio bicing (anda que menudo anglicismo aquí que nos preciamos de hablar diferente). La verdad es que la cuidad ha aumentado sus carriles para este medio de transporte pero muchísimo y ya ha habido hasta problemas serios por prioridades con los peatones. Esto para mí es algo de lo más normal. Ya yendo a caminar por la montaña te puedes encontrar a pelotones enteros de ciclistas "pofesionales", vestidos completamente como extraterrestres, aprovechando la cuesta abajo al grito de "Cuidadoooo", o esos suicidas vestidos de guerreros con armadura que te bajan de repente de una torrentera. Un día me decía uno de ellos que había que tener dos cojones para hacer lo que hacían. Dos cojones hay que tener para hacerlo cuesta arriba, capullo adicto a la velocidad. En un parque natural no puedes ir nunca a más de 20 kms.. por hora, cosa que parecen obviar tranquilamente cualquiera que entre allí con ruedas.
En fin, modera tu indignación Silviqui. Y a otra cosa. El caso es que yo, pobre mileurista de fábrica, acostumbro a poner cada lunes diez euritos para toda la semana a mi viejo tanque. El caso es que con cuarenta euros pasaba semana al curro y fines de semana de ida y vuelta por los pueblos de la comarca. El caso es que llevo dos semanas que el mismo sábado se me pone a brillar esa lucecita naranja de la reserva. Indignada, miro como los precios del gasoil cada día cambian, y a este paso lo estaré pagando a precio de Dom Perignon. Así que el domingo por la tarde dije en una reunión amistosa con deportistas que a partir de ahora iba a ir al trabajo en bici. Vamos, los tres machotes corredores de montaña con los que estaba me animaron muchísimo (que si Silviqui, que boicot a las gasolineras, que ya veras que un kilómetro es una mariconada, así maja, con un par) (que curioso resulta que cuando estás con más de un hombre de tertulia, tienden a masculinizarte a ti también).
Así que ya me veis el martes pasado de estreno con la mega bici que me regalaron semi nueva. Es una señora bicicleta que desde que me la dieron se apalancó mi padre para su uso y disfrute y para venir e ir al huerto. Cuando bajé al trastero casi con mis padres en la puerta despidiéndose de la emoción (ay mi hija que va a hacer algo más que nadar) y mi madre diciendome ten cuidado mándame un sms cuando llegues, me tocó bajar el sillín, que en mi casa soy la más bajita de la familia, subir la cuesta del parking y tirar pal curro. Mi aventurera y apasionante vida: en vez de ir por el carril bici de la ruta del colesterol de mi pueblo me fui por calles normales. Uis que emoción. Y sin recordar como se ponía la luz de la dinamo. Entré en el taller sin bajarme de la bici, tope chula yo.
que para eso soy medio aragonesa. La vuelta ídem de ídem pero teniendo en cuenta ocho horas de trabajo por medio. La verdad es que sentir el airecito y la humedad mañanera anima bastante. Entrada al parking bajando a toda leche por la cuesta, que no había nadie, con casi el riesgo de esnafrarme contra una columna. A la mañana siguiente tenia agujetas en las nalgas, por decirlo finamente. Jo, no entiendo, yo que soy una heroína entre mis amigas de sofing y arreglar el mundo en los bares porque en un día me recorrí el delta del Ebro en bici alquilada, con insolación del cincuenta incluida.
Hoy también en curro en bici. No se piense mi más mejor amigo, que duda de mi constantemente, que no voy a llevar a cabo mi autopropuesta. Así que esta noche otra vez al trastero del parking, , a ponerme el casco que es obligatorio. Así, de paso, disimulo delante de las fuerzas de seguridad los cascos del Ipod.
Banda sonora de esta nota : Sintonía de Verano Azul (¡mítica eh!)