IMAGINANDO..

Son las dos de la madrugada cuando llego a casa. Ha sido una velada como pocas, con una buena cena, mejor compañía, muchas muchas risas. Es lo que suele ocurrir cuando la complicidad entre amigas no puede alcanzar más alto grado. Cambios de temas bruscos, desde las gracias de los hijos a el porcentaje de éxito de ligue entre los veinteañeros, los amores de la vida de cada una, la itv del coche...para mí es el rasgo característico de la conversación entre mujeres: la facultad de cambiar de tema rápidamente y sin nexo lógico excepto entre nosotras.

Vuelta a casa, carretera desierta, autopista sin locos. Es la hora buena. Ni gente regresando ni yendo a ninguna parte. Todos ya en algún local. Dejo a mi amiga en la puerta de casa y espero a que entre, como hacen los buenos novios. Llego a casa. Me quito la ropa y la dejo ordenada en la silla. Me pongo la camisa del pijama y me voy a la cocina. Un cola cao calentito antes de irme a dormir. El timbre del microondas me pilla despistada; qué se le va a hacer. Pero disfrutar de este momento de soledad buscada es algo impagable, casi sensual, la noche, el olor de la leche calentita, el tacto de la silla en mis piernas.

Me desmaquillo y me meto entre las sábanas y el nórdico. Ese calorcito que sube cuando te tapas hasta la cabeza. Enciendo la lámpara, saco el libro....

_ Jamia, hay que ver lo escandalosa que eres siempre. ¿Puedes al menos aprender a abrir y cerrar las manetas? Es que estás metiendo cada trancazo a las puertas. Que son las tres y pico de la madrugada por favor. Que no son horas de abrir grifos_ dice mi madre con todos los pelos tiesos y en camisón.

_Jodó mamaaaa, al menos alguna noche podríais dejarme imaginar,una sola noche, que voy pa 37 años mama, podrías dejarme pensar QUE VIVO SOLA.

Dedicado a mis amigos, esos que no se pierden ni una manifestación de NO TENDRÁS CASA EN TU PUTA VIDA. :-)

Banda sonora de esta nota: Corazón de mudanza de Tontxu