17.11.10

EL TALLER


Señoras y señores (por estricto orden alfabético): la menda lerenda sigue en la más absoluta quietud laboral. Quietud laboral dicho sea de paso remunerada, porque no remunerada una se intenta entretener lo mejor y lo más barato que puede. Después de haber dejado vicios varios como los libros, los zapatos y el tabaco, y de repartir mi tiempo en sitios gratuitos para no fumadores (lease biblioteca y piscina municipal muy barata), llevo tiempo intentando hacer algún cursillo pa parados recalcitrantes que no recurrentes (es la primera vez en mi vida que cobro subsidio).


Mal intento. Los cursos que realmente me interesan parece que están vetados para mí. Nada de técnica de riesgos laborales, ni administrativa de nóminas, ni contabilidad básica ni siquiera torera o soldadora. Parece que ser currita española te marca de alguna manera y no puedes ni variar de campo ni ampliarlo ni na de na. En mi pueblo los únicos cursillos que parecen estar disponibles son los de auxiliar de geriatría y los de informática de un solo día. Así que una por su cuenta y riesgo, dado que ya no puedo gastarme mis cien euros de libros al mes desde hace años, se apuntó a un curso de escritura creativa en la biblioteca de la diputación.


¿El por qué? No me lo pregunten. Quizás porque necesitaba un empujón para salir del armario. Para escuchar a otros letraheridos, para que alguien que no sea amigo personal me criticase. En fin, busquen las razones que quieran. El caso es que voy a ir colgando, ya para ir de exhibicionista total, los ejercicios que hacemos en esas terapias de grupo cada viernes. Espero que sean de su agrado y , si no lo son, que me comuniquen presto por qué.


Ahi queda eso

1 comentario:

Jordicine dijo...

Hola, SILVIQUI. Me alegro de volverte a leer. Y, por lo que veo, has tomado una gran decisión. Te felicito por ello. Un beso y hasta pronto.