Insomnio

Y odio estar aquí a las tres de la madrugada, delante de un monitor, con un libro y medio leído, la espalda machacada y con dolor de orejas de los auriculares del mp3. Odio estar despierta sin más inquietud que la de mirar las estrellas que pegué en el techo, si enciendo la luz puedo variar y mirar las grietas y la pintura levantada, Dios estoy pensando en pintar esta primavera. Sin más inquietudes ni crisis existenciales ni crisis personales detectables, madre mía me estaré volviendo una insulsa, con la única ventaja de disfrutar del tacto de las sábanas limpias en mis piernas y levantarme, y hacerme un colacao, y encender este trasto a la par que el cigarrillo y estar aquí escribiendo lo que se me pasa por la cabeza, que en el fondo es nada, es vacío, es de una tontería insufrible y sólo intento detectar que es lo que me inquieta, porque me evado con historias de ficción, porque no puedo dormirme , por que igual en el fondo no tengo nada, estoy vacía, sólo lleno mis pulmones de mierda y tecleo, tecleo y pienso que quizás sepa cómo solucionar este estado de nervios si supiese la causa, si pienso que quizás tendría que haber ido a nadar hoy en vez de mañana por la mañana si me levanto a una hora razonable, si pienso que si viviese sola estaria ahora en la ducha, con el agua al límite de la resistencia al calor, simplemente agua hirviendo los ojos cerrados y nada más... y luego me iría a la cama con el pelo mojado y dormiria como una cría, como cuando era niña y, al volver de la playa, cerraba los ojos y aún sentía las olas como rompían en mi cuerpo durante horas, tumbada boca abajo en la orilla, cerrando los ojos para que pasasen encima mio, agarrándome con fuerza a la arena que se escapaba entre mis dedos. Como al volverme medianamente adulta se pierden toda esa memoria de la piel para ir sustituyéndola por otra, otra memoria a la que nisiquiera tengo fuerzas de echar mano para poder dormirme tranquilamente, entrar en el sueño suavemente, deslizándome como si bucease. Vuelvo a la cama, vuelvo a mi libro, espero a que se consuma el cigarro mientras miro inutilmente el humo y ese otro libro sobre cómo dejar de fumar que me ha dejado discretamente mi hermana en el escritorio. El gatito gris me ha venido a visitar...se tumba tranquilamente al lado de mi perra, que ronca como una bendita. Espero que se ponga en la almohada y me ronronee...igual si que hay algún remedio. Banda sonora de esta nota: Bendecida 2 de Héroes del Silencio